Agenda
La famosa Agenda Setting es algo así como los asuntos en los que los medios se centran, aunque en realidad se trata principalmente de los que se excluyen. Los hechos son los que marcan la actualidad y lo seguirán siendo, pero son solo el marco. La Agenda Setting sería el dibujo. En realidad, la Agenda Setting es de aquello de lo que se habla, y las razones son muy variadas.
En condiciones normales, se trata de un agenda de largo alcance. Y surgen interrogantes. Por ejemplo, si hay más de cuarenta conflictos armados en el mundo, por qué solo se informa de uno o de dos de manera recurrente, si hay docenas de países que no respetan los derechos humanos, por qué parece que el único país donde no hay libertad es Venezuela, si parece que el Rey emérito tiene una cuenta en Suiza, por qué publica esa información un periódico británico y poco más…
Durante el confinamiento, los asuntos de interés o de actualidad duran poco. Hay que abordarlos rápidamente porque dejan de tener interés. Comenzamos por las peluquerías, luego las medidas económicas, los ERTES, los incumplimientos, las iniciativas solidarias, la situación de los sectores económicos, el superávit de las instituciones locales, las videollamadas, los cumpleaños confinados, las canciones, las mascarillas y su uso, los test, el supuesto shock infantil asociado, los paseos con niños, la desescalada y La Graciosa como invitada especial.
Es una mini agenda, o una agenda complementaria, porque la agenda la ocupa en toda su extensión el coronavirus, los infectados, los curados, los fallecidos o la posible vacuna. Eso sí, según va descendiendo la gravedad sanitaria, van ocupando las páginas las cuestiones colaterales.
Seamos o no seamos conscientes, todos formamos parte de la agenda: los que la escriben, los que la leen y los que la tachan. Lo importante, o lo desesperanzador, no es estar de acuerdo o en desacuerdo, sino estar.
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